Las luces de los cirios alumbran la calle García Moreno, el Prioste, que carga una bandera de Jueves Santo, abre la procesión, a su costado van el engastador y las almas santas, además, de un acompañante. Todos ellos representan a los personajes que escoltan a Jesús hasta el Santo Sepulcro.
Los encargados de dar vida a los protagonistas de esta tradición religiosa son los 280 bailarines del Ballet Folclórico Jacchigua quienes, año tras año, el Jueves Santo recorren la calle de las Siete Cruces para dirigirse hasta Santo Domingo en un rito que desea conservar las tradiciones mestizas de la capital.
La procesión continúa con una segunda bandera llevada por la esposa del Prioste En las banderas, se grafican todos los elementos de la crucifixión de Jesús. Las Vírgenes de Quito, de Dolores, La Inmaculada e inclusive la de Guadalupe forman parte de los personajes que acompañan a Jesús. También, hay verónicas, cucuruchos, matracas, romeriantes y santos varones.
Sonia Andrade Kafur, es una de las 1 200 personas que participaron en esta ceremonia. “Ha sido un sacudón al cuerpo porque, caramba, hemos perdido tanto. Nos hemos olvidado de nosotros mismos, que el ver esto sí me ha movido un poco el piso”, señala.
Este rito religioso es una forma de recuperar la fe: Jesús no está crucificado y vive en cada uno de nosotros. «La celebración aquí, es muy diferente y Portugal es un país católico y, también, tiene procesiones, pero esta tiene otras particularidades», dice Luis Santos, turista portugués que se encuentra en Quito para disfrutar de la Semana Santa en la ciudad.