Quito, destino megadiverso, posee una variedad de pisos climáticos y de zonas naturales que son clave para su ecosistema y riqueza natural. En sus más de 370 km2, el Distrito Metropolitano tiene varios ecosistemas como los bosques secos, altoandino, piemontano, montano bajo y nublado; y páramos, estos últimos albergan humedales que son clave en el suministro de agua dulce; alimentos y materias primas; biodiversidad; control de crecidas; recarga de aguas subterráneas; y mitigación del cambio climático.
Si bien en Quito existen varios humedales; la Reserva ‘Chakana’, ubicada en el Parque Nacional Antisana, y el complejo de Humedales ‘Ñucanchi Turupamba’, que está dentro del Parque Nacional Cayambe-Coca, han sido reconocidos como sitio RAMSAR por su gran valor para el país y la humanidad en su conjunto.
En la reserva ‘Chakana’, ubicada en la parroquia de Píntag, se puede realizar senderismo, camping y observación de algunos animales silvestres como el cóndor andino, oso de anteojos, tapir de montaña, halcón peregrino, curiquingue, gaviota andina, pumas, zorro andino, venado de cola blanca, entre otros.
También se puede visitar el mirador del Isco, desde donde se visualiza el nido de la pareja de cóndores más prolífera del país. Otros sitios de interés cercanos son el Peñón y el Escondite del Cóndor; la Casa de la reserva que cuenta con un mini centro de interpretación; y el flujo lávico.
Por su extensión, el complejo de Humedales ‘Ñucanchi Turupamba’, se ubica en los cantones de Quito, El Chaco y Quijos; estos dos últimos en la provincia de Napo. En este sitio, de acuerdo con el estudio de evaluación faunística se registran 364 especies de fauna; entre las que destacan el oso de anteojos, lobo de páramo, pumas, el cuchucho andino, dantas, el zambullidor plateado, la gaviota andina, guagsas y ranas marsupiales.
Te invitamos a visitar los humedales de la Capital del Centro del Mundo y a maravillarte con toda la riqueza natural que tienen estas zonas, refugio y área de vida para numerosas especies de flora y fauna.
Conocer los humedales, entender su funcionamiento como proveedor de agua dulce para los seres vivos y aprender sobre sus amenazas nos permitirá apoyar en su conservación y que sigan siendo uno de los atractivos que posee el Distrito Metropolitano.