Ecuador se viste de fiesta, luego de que el martes 14 de diciembre la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) designara al Pasillo Ecuatoriano como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad.
El anuncio fue recibido con alegría en todos los rincones del país, en especial en Quito, destino que alberga lugares emblemáticos para el disfrute de este género musical, además de ser el epicentro de las reuniones más trascendentales de los artistas que facilitaron la expansión del Pasillo Ecuatoriano a nivel internacional.
Lugares como La Ronda, son recordados como el punto de encuentro de músicos y poetas durante la época colonial y republicana, quienes escribieron muchas de las canciones que hoy son los pasillos que han permito este reconocimiento mundial. Artistas como el Duo Benítez & Valencia, Potolo Valencia y Carlota Jaramillo permitieron, con la llegada de las estaciones radiales, que el género se extendiera por Latinoamérica.
En la Capital de la Centro del Mundo se pueden recorrer sitios como el Museo del Pasillo, el cual abrió sus puertas en el año 2018 para realzar la historia de este género y facilitar el intercambio de saberes con las nuevas generaciones, con el objetivo de que niños y jóvenes puedan conocer, sentir y apropiarse de esta música que hace parte de la historia independentista del país.
Otro lugar emblemático es la Casa Museo de Carlota Jaramillo, ubicada en la parroquia de Calacalí e inaugurada en el año 2004 como homenaje a la reconocida “reina del pasillo”. En este lugar se busca trasladar a los visitantes a la época del romanticismo, donde la música de cuerda alimentaba el alma del pueblo, en un recorrido por la trayectoria musical de la recordada artista mediante discos, fotografías, pinturas, vestuario y otros invaluables objetos que forman parte de una exposición permanente.
El pasillo se suma a la lista de patrimonios del Ecuador, encabezada por Quito, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1978, y donde constan Cuenca, Galápagos, el Parque Sangay, la cultura del pueblo zápara y el sombrero de paja toquilla