La industria turística se caracteriza por su capacidad de adaptación a las coyunturas que se presentan. En la actualidad, este sector se ha visto fuertemente afectado por la crisis sanitaria a nivel mundial, por ello, es importante innovar y reinventarse con la finalidad de responder a las necesidades de los turistas, y permitirles vivir experiencias únicas, una vez que la crisis se haya superado.

En este sentido, las herramientas tecnológicas digitales, deben volverse aliadas estratégicas de la gestión comercial post covid-19; que permitirán determinar un factor diferenciador a un producto o servicio turístico, y así, captar un mayor número de clientes.  

Una de estas herramientas es la Gestión de la Relación con los Clientes o Customer Relationship Management, CRM (por sus siglas en inglés), que permite a las empresas turísticas recoger información sobre sus usuarios, mediante un análisis del perfil de su cliente, respondiendo a estas preguntas:

¿Quiénes son tus clientes?, ¿qué edades tienen?, ¿de qué lugares del mundo vienen?, ¿tendrán alguna preferencia sobre el servicio que estás ofreciendo?, ¿qué más se les podrá ofrecer para que estén plenamente satisfechos?, ¿mis precios son competitivos?, ¿han podido encontrar fácilmente el producto/servicio turístico que ofrezco?, ¿cómo se enteraron del producto/servicio turístico que ofrezco?, entre otras. 

La dinámica del turista actual, es estar en línea las 24 horas del día, los siete días de la semana y así compartir experiencias de viajes a través de redes sociales. Es allí donde CRM realiza un monitoreo de las conversaciones en estos medios digitales, sobre sus negocios, sus competidores o su destino. Esto a su vez, permite a las empresas de turismo, darse cuenta virtualmente de los cambios dinámicos en los deseos y necesidades de los clientes. Los datos obtenidos, facilitan la creación, desarrollo, adaptabilidad e innovación de los productos o servicios turísticos que van a ser ofertados.

Otra herramienta tecnológica efectiva es el ‘Marketing Emocional’ que, a través de la generación de sensaciones de alto impacto, le permite al público objetivo adquirir recuerdos duraderos, con efectos positivos como: recomendaciones a familiares y amigos, repetición de compra o fidelización de la marca y así lograr una mejor comercialización de los productos o servicios turísticos.

Estrategias de tipo comercial sumadas a una gestión administrativa integral, generan sostenibilidad a corto y mediano plazo. Su consolidación permitirá fortalecer el sector turístico y así obtener beneficios sociales como la generación de empleos de calidad.

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